Desde la persona desagradable en una reunión social, hasta conocer a un narcisista mientras sales con alguien, pasando por el ex manipulador que te deja cicatrices para toda la vida, el término «narcisista» es un término genérico que puede dejarte preguntándote: ¿Cómo puedes detectar a un narcisista antes de que sea demasiado tarde?
Como pueden atestiguar muchas personas que han sido víctimas de abuso narcisista, esta pregunta a menudo conduce a un callejón sin salida que pone en tela de juicio todo lo que creías saber sobre las personas. Sin embargo, aprender a detectar a un narcisista a tiempo es una habilidad crucial para evitar el abuso narcisista.
Detecta a un narcisista por lo que dice
Lo que dice un narcisista puede revelar sus intenciones, incluso cuando parece que lo que dice es trivial o incluso agradable.
Algunas frases que utiliza el narcisista y sus significados ocultos son:
- Me gustas: suele decirse poco después de conocerte. Solo significa que sienten que pueden obtener suministro narcisista de ti.
- Yo nunca…: va seguido de algo que aumenta su valor percibido a los ojos de los demás. Algunos ejemplos son: «Nunca tengo que hacer cola», «Nunca suspendo un examen» o «Nunca me rechazan». Todo el mundo hace cola para algo, a veces suspende exámenes y es rechazado, por lo que estas afirmaciones solo sirven para minar tu autoestima.
- ¿Por qué…?: «¿Por qué te vistes así?», «¿Por qué has elegido ese color?», etc. Estas frases tienen como objetivo desestabilizar tu sentido del yo y hacerte cuestionar tus decisiones.
- Eres lindo/a: los niños de 2 años son lindos. Esta frase solo sirve para recordarte que eres sumiso ante el narcisista.
Cómo te hace sentir el narcisista
De todos los rasgos del narcisista, es fundamental tener en cuenta cómo te hacen sentir. Las señales de que estás lidiando con un narcisista incluyen las siguientes:
Una ardiente sensación de vergüenza
La vergüenza es una emoción desagradable. En su forma más leve, es un ligero dolor en el pecho y una pérdida de vigor. En su forma más potente, te desinfla físicamente: la cabeza se hunde en los hombros, los hombros se encogen y el cuerpo se encoge.
La vergüenza te paraliza emocionalmente: tu cerebro se siente confuso y lento, te cuestionas a ti mismo, te desanimas y reprimes tus sentimientos y opiniones. Es una emoción que reduce tu capacidad mental: te quedas en blanco y no puedes pensar ni se te ocurre ninguna idea.
Si notas que esto te sucede cuando estás en presencia de cierta persona, podría ser una señal de que se trata de un narcisista que ha ido minando poco a poco tu autoestima.
La vergüenza es una de las emociones más poderosas que explota el narcisista. Es la emoción del valor que impulsa a una persona a redimirse.
La estrategia del narcisista en torno a la vergüenza es doble. En primer lugar, actúa sin vergüenza, evitando responsabilizarse, alabándose a sí mismo y negando cualquier culpa o mala acción. Al presentarse constantemente de esta manera, el narcisista se diferencia de las demás personas «imperfectas».
En segundo lugar, el narcisista avergüenza a su persona objetivo ridiculizándola, señalando sus defectos y cuestionando sus decisiones. Esto la pone a la defensiva y la hace sentir inferior.
Una aburrida sensación de desesperación
Una de las señales de que tienes un narcisista en tu vida es el sueño de la «cinta de correr sin fin». En esta pesadilla, intentas atrapar a alguien u obtener algo, pero nunca lo consigues.
Una relación con un narcisista es como perseguir un unicornio. Luchas y te esfuerzas por conectar de verdad, pero nunca lo consigues.
Siempre tienes la sensación de que falta algo, pero no sabes qué. Esperas contra toda esperanza y siempre te decepcionas, mientras el espectro de la desesperación se cierne sobre ti.
Cómo detectar a un narcisista a través de sus múltiples formas
Otra característica de los narcisistas es la tendencia a adaptar su comportamiento en función de con quién tratan.
Para ganarse el cariño de los demás, los narcisistas necesitan comportarse de una manera que resulte atractiva para su persona objetivo. Los narcisistas son oportunistas y su papel es espontáneo, surgiendo según sea necesario.
Algunos ejemplos de las apariencias de los narcisistas son:
El amigo comprensivo
El narcisista escuchará con atención y estará totalmente de acuerdo con lo que diga la persona objetivo. Independientemente de lo que esta comparta, el narcisista le brindará su apoyo incondicional y le colmará de elogios. Si la persona objetivo se queja de otra persona, el narcisista se unirá a ella en su condena.
El amigo divertido
El narcisista bromeará y reirá con su persona objetivo, generalmente a costa de otra persona. Como todo es en nombre de la diversión, la persona objetivo no suele objetar. Esta dinámica crea una sensación de «camaradería» y gran amistad.
El orador sabio
El narcisista hablará con pasión y confianza, exhibiendo su supuesta fuerza y conocimiento, lo que le da un aire de autoridad y obliga a la persona objetivo a prestarle atención, con la esperanza de ser iluminada por esta supuesta figura de alto estatus.
La víctima
El narcisista expresará lo difícil que son las cosas para él o cómo la vida le ha tratado con terrible desgracia. La persona objetivo se siente entonces obligada a empatizar e invertir en el «problema» del narcisista.
A muchas personas les gusta resolver problemas porque les gusta enfrentarse a retos o porque les ayuda a distraerse de las dificultades de su propia vida.
Cuando el narcisista se hace la víctima, la persona objetivo no solo empatiza, sino que también propone soluciones al problema. El narcisista suele descartar estas sugerencias y, en cambio, mantiene la atención en su supuesta desgracia.
El actor/encantador
Los personajes más carismáticos y fáciles de detectar suelen ser narcisistas, cuya persona impecable impresiona y desarma a las personas con las que entran en contacto. Su contacto visual es magnético, y su entusiasmo y falta de vacilación dan lugar a interacciones intrigantes.
El narcisista mezclará y combinará estos roles, cambiando de forma dependiendo de la persona. Todas estas apariencias tienen como objetivo desarmar a la persona objetivo dándole un impulso a su ego.
Rasgos de un narcisista
Los narcisistas son conocidos por la triangulación, la manipulación psicológica y el uso de chivos expiatorios. Otro rasgo clásico del narcisista es su tendencia a idealizar, devaluar y descartar a su persona objetivo. Sin embargo, algunos signos superficiales de un narcisista a los que hay que prestar atención son:
Contacto visual intenso e inquebrantable
Las pupilas del narcisista se contraen y se dilatan de forma antinatural, casi hipnotizándote. Hay algo en ellos que no cuadra.
Al principio, el narcisista te presta toda su atención (las pupilas se dilatan), lo que te hace sentir valorado. Luego, en un momento aleatorio (las pupilas se contraen), suelen desconectarse, a menudo cuando estás más involucrado y abierto a ellos. Esto te obliga a sentirte cohibido y más desesperado por recuperar su favor.
Este juego de poder es sutil pero extremadamente poderoso, ya que permite al narcisista tenerte atado y sentar las bases de toda la «relación». Con solo una mirada, pueden llevarte en un viaje entre la euforia, la vergüenza, la duda y todo lo que hay entre medias.
Fingir interés
El narcisista presta atención a tus intereses y mencionará al azar, sin pruebas, que a él también le gustan esas cosas. ¿Eres vegano? Un día te comentará que cenó vegano. ¿Te gusta salir a correr por las tardes? Él salió a correr anoche. Y así sucesivamente.
Estos datos se introducen en la conversación sin más detalles ni muestras de entusiasmo. El objetivo es llegar a lo más profundo de ti, al lugar donde valoras la vida, al lugar donde puedes ser más influenciado y manipulado.
La caída al vacío
Cuando conversamos con otras personas, invertimos una cantidad considerable de energía en la interacción para darle impulso y valor.
Un narcisista iniciará una conversación con usted y, justo cuando su entusiasmo por un tema crezca, se desconectará de repente.
Utilizará una mirada indiferente, se distraerá con algo en la distancia o se reirá entre dientes y se quedará esperando con las cejas levantadas.
Una vez que percibes que se han desconectado, te sientes extremadamente cohibido y te alejas con una ardiente sensación de vergüenza.
Si no tienes cuidado, podrías interiorizar esto como una señal de que eres estúpido o molesto, lo que a largo plazo puede dañar tu autoestima. Aprender a detectar el uso del precipicio por parte de un narcisista puede ahorrarte mucho dolor.
Bombardeo de invitaciones
El bombardeo de invitaciones es otra señal de un narcisista. Invitación tras invitación para hacer algo, incluso si no te interesa la actividad.
Si dices que no, el narcisista no se inmuta y te presenta otra opción más tarde. La mayoría de estas cosas nunca llegan a buen puerto; solo crean la ilusión de que son íntimos y que hacen cosas juntos, o más bien, que potencialmente podrían hacer cosas.
El narcisista también está poniendo a prueba tus límites con su bombardeo de invitaciones. ¿Consideras seriamente todas las invitaciones? ¿Dices que no educadamente? ¿Dices que no rotundamente? ¿O dices que sí cada vez porque necesitas desesperadamente compañía?
Para detectar a un narcisista, el instinto es lo más importante
Por encima de todo, es importante detectar las manipulaciones del narcisista en el flujo de la relación.
Como esperamos naturalmente que los demás nos traten como queremos que nos traten (la regla de oro), apartamos nuestras dudas con la esperanza de mantener el impulso de la relación.
Todos queremos creer en lo mejor de las personas y dar a nuestra incipiente unión las mejores posibilidades de éxito. Sin embargo, al hacerlo, corremos el riesgo de permitir que el narcisista a) desgaste gradualmente nuestra autoestima, mientras que b) nos prepara gradualmente para comportarnos como él quiere.
Al ser un ser humano empático con un sentido de la vergüenza saludable, intentas no juzgar a las personas demasiado pronto. Mientras tanto, el daño ya está hecho, y no es hasta que te escupen cuando te das cuenta del peso de lo que ha pasado.
En todas las relaciones, debes confiar en la otra persona, pero verificar sus intenciones. Todos cometemos errores en el trato con los demás, pero normalmente estos deslizamientos van acompañados de razones obvias (mal humor, cansancio, un punto ciego en la inteligencia social de una persona, etc.).
Juzga basándote en tu radar interior. Si las cosas te parecen raras, es porque probablemente lo son, y hay una razón para ello.
La oscuridad detrás de la luz
Muchas personas que han sido víctimas de abuso narcisista miran atrás y se dan cuenta de que habían visto todas las señales de alarma, pero las ignoraron. Ahí radica la razón principal por la que puede ser tan difícil detectar a un narcisista: no quieres verlo.
La vida puede ser ambigua, compleja, deprimente, frustrante y dolorosa. Muchos de nosotros procedemos de hogares disfuncionales, otros crecimos con poco apoyo externo o confianza en nosotros mismos. Tenemos sueños incumplidos, relaciones rotas, así como pérdidas y fracasos que aún no hemos superado.
El narcisista, con su confianza y convicción inquebrantables, nos hace creer que podemos superar nuestros problemas y encontrar nuestra felicidad para siempre.
La relación perfecta o la familia feliz. La aventura emocionante o el éxito vertiginoso. Te hacen creer que todo esto es posible.
Sin embargo, en realidad, el narcisista vive en una fantasía. Ve el mundo a través de este prisma. Y lo más importante, te ve a ti a través de este prisma. Te invita a subirte al tren de la fantasía y a dejar atrás tus preocupaciones.
El narcisista te colma de atención y eso te hace sentir bien. Te vuelves adicto a su mundo porque necesitas creer que es real. Cuanto más te involucras, más difícil es abandonar su mundo. Ver al narcisista tal y como es significa vernos a nosotros mismos tal y como somos.
Así que elegimos la ilusión.
El encanto del narcisista es tu hambre. Su luz es tu sombra. Entonces, ¿cómo se reconoce realmente a un narcisista? La respuesta, como ocurre con todas las preguntas importantes, es mirar dentro de ti mismo.