Cuando una persona está centrada, se siente cómoda en su cuerpo, confía en su intuición y es capaz de adaptarse y crecer hacia el futuro. Se mantiene «en flujo» y parece tener un sexto sentido para abordar la vida de la manera «correcta». Una persona centrada es verdaderamente una fuerza a tener en cuenta, y no puede ser manipulada ni controlada fácilmente.
Un narcisista te desequilibra utilizando diversos métodos: ridiculizándote, juzgándote, cuestionándote, halagándote, ignorándote o presionándote en tus puntos débiles. Todas estas estrategias tienen como objetivo crear picos emocionales que desafían tu homeostasis.
Si tienes heridas infantiles relacionadas con desencadenantes específicos, la intensidad emocional te golpeará como una tormenta de categoría cinco. Perderás tu capacidad de razonar, observar y ser consciente. Entrarás en modo de reacción, saltando fuera de tu piel porque tu estado emocional es muy incómodo.
Si no te das cuenta de lo que está pasando, serás vulnerable a la manipulación durante un tiempo dolorosamente largo. Peor aún, cada «episodio» se acumula en tus heridas centrales ya existentes y hace que sea más fácil manipularte en el futuro.
Las herramientas para inmunizarte contra el abuso narcisista
El primer paso es la conciencia. Necesitas comprender cómo es estar en un estado de calma y, a continuación, necesitas sentir la transición de este estado a uno en el que te sientes provocado. Necesitas notar las emociones que surgen en tiempo real. Oh, eso es vergüenza. Eso es duda. Eso es ira. Eso es tristeza. Eso es confusión. Eso es desregulación. Eso es necesidad. Y así sucesivamente.
Sin embargo, el siguiente paso, y el más difícil, es crear un contenedor alrededor de esas emociones. ¿Puedes relajar tu cuerpo y aceptar los sentimientos? ¿Puedes permanecer consciente y tranquilo, aunque cada célula de tu cuerpo esté gritando de agonía? ¿Puedes observar sin reaccionar, aunque todo tu ser te diga que hagas algo? Si es así, entonces estás adquiriendo destreza en la creación de un contenedor.
Cuando te activas y eres incapaz de permanecer presente y firme, arremetes, te defiendes, te pierdes en la confusión y te debilitas tanto que el narcisista puede controlarte fácilmente. Para jugar al juego del narcisista, necesitas entrenarte para soportar la tensión que crea tu estado de activación. Esto requiere que amplíes tu conciencia y te vuelvas hábil para permitir estados emocionales complejos e intensos en tu cuerpo sin ninguna reacción inicial.
Desarrollar la habilidad de inmunizarte contra el abuso narcisista
Pero, ¿cómo desarrollar esta habilidad? Hay muchas formas de hacerlo en la vida cotidiana, pero al principio, la meditación es la mejor manera de crear un entorno para practicar.
Un ejercicio sencillo es el siguiente:
- Siéntate en el suelo con las piernas cruzadas. Apoya el torso con un cojín de meditación (o apila algunas toallas) y coloca algo suave debajo de las rodillas. El objetivo es tener una postura lo más recta posible sin dejar de estar cómodo.
- Coloca un objeto delante de ti, como un vaso de cristal, una pelota o algo sin detalles. No debes darle a tu mente algo en lo que pueda perderse.
- Si lo deseas, pon un temporizador. Cinco minutos son suficientes para empezar.
- Mientras respiras con normalidad, concéntrate en el objeto y míralo. Míralo de verdad. Mirarlo de verdad significa que lo percibes. No se convierte en una abstracción o en una imagen borrosa de fondo. Permanece dentro de tu foco de atención y tu conciencia. Mientras hagas esto, estarás anclado en el momento presente. Tu yo superior se activa y estás presente con todo tu ser.
- Tu mente te atraerá de vuelta. El propósito de tener el objeto es darte cuenta de cuándo dejas de verlo. Esto es un indicador de que tu mente ha vuelto a tomar el control. Vuelve a centrar su atención suavemente en el objeto. En una sesión típica, alternarás entre ambos decenas de veces. Esto es normal. Perder la concentración no es un fracaso, sino un indicador de que debes volver a centrar su atención suavemente.
Cuando llegue el día del juego
Como descubrirás, esta meditación es difícil. Esto se debe a que estar anclado y enfocado en el momento presente crea tensión. Es posible que te duelan los músculos o que la ansiedad inunde tu cuerpo. También surgirán todas las emociones que has estado ignorando. Vergüenza. Culpa. Miedo. Pánico. Tristeza. Todo vendrá.
Sin embargo, lejos de ser una catástrofe, esta es tu oportunidad para a) liberar estas emociones acumuladas y b) practicar cómo contener la tensión emocional.
Esta es la habilidad que necesitarás cuando te enfrentes cara a cara con un narcisista que intente alejarte de tu fuente de fuerza: tu yo verdadero. Te mirarán con sus ojos muertos después de lanzar su ataque encubierto o manifiesto, y esperarán a que pierdas la calma y reacciones a su agresión.
Si has practicado con la tensión, notarás que se activa el detonante, pero mantendrás la calma y mirarás fijamente al narcisista. Es en ese momento cuando recuperas tu poder. Estás centrado, presente y firme. Claro, hay algunas emociones recorriendo tu cuerpo, pero eres lo suficientemente hábil y amplio como para contenerlas.
Por supuesto, enfrentarte cara a cara con el narcisista crea incomodidad y tensión, pero tú eres un maestro en este ámbito. La tensión se está convirtiendo en algo divertido, porque ahí es donde está el poder. El narcisista será testigo de todo esto y será él quien reaccione. Lo que ocurre después es cuando la cosa se pone interesante.