La individualidad solo es posible si se desarrolla a partir de la totalidad.
- David Bohm
Un paso crucial para abandonar definitivamente la órbita del régimen narcisista es establecer tu propio punto de gravedad. Esto significa ser sensible a cuando las personas te desequilibran al atacar tus desencadenantes, deseos y emociones. Con el tiempo, tendrás un punto de anclaje para cuando lleguen las tentaciones y las tormentas emocionales. Y llegarán, al igual que el deseo de entregar tu centro a una fuente externa, ya sea a un narcisista u otra persona, grupo o movimiento tóxico.
Al estar centrado, te conocerás más allá de la dualidad. Es decir, no te perderás en el vértigo de «suficientemente bueno» o «no lo suficientemente bueno», «amable» o «desagradable». Es en este entorno donde un narcisista puede acercarse a ti y desplegar todo su encanto. Como te habrás acostumbrado a tu centro interno, notarás que vas pasando de la calma a la vergüenza, de la realidad a la fantasía. Como resultado, te desengancharás instintivamente de la distopía del narcisista y volverás a la seguridad de tu centro. Incluso si te ves arrastrado, tendrás momentos de claridad a medida que aprendas a recentrarte a pesar de las manipulaciones enloquecedoras del narcisista. Entonces, salir de la situación será mucho más fácil. En la tormenta salvaje de la vida cotidiana, siempre tendrás tu ancla a mano.
Un narcisista necesita que estés comprometido y descentrado en todo momento. Necesita que te agites con el viento. Una persona centrada puede seguir compartiendo, pero lo hace desde un lugar despierto y alineado, no a merced de los caprichos de los demás.
Antes de nada, necesitamos entender qué es un «punto central». En su libro «Lo sagrado y lo profano», Mircea Eliade exploró las prácticas religiosas y espirituales de los pueblos arcaicos y tribales. Un tema recurrente que encontró en todos los casos fue el establecimiento de un punto central, un eje del mundo que representaba el centro mismo del mundo, sin el cual la sociedad caería en el caos. Al tener un pilar fijo que conectaba el cielo y la tierra, un pueblo podía integ...
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