Quienes caen rendidos ante el encanto de un narcisista suelen quedar deslumbrados por lo que ven en el exterior. Un narcisista manifiesto suele parecer enérgico, apasionado, infinitamente fascinante y seguro de sí mismo. Suele vestir bien, tener una postura y un lenguaje corporal impecables, y siempre sabe qué decir en cada momento.
Los narcisistas encubiertos, por otro lado, destilan misterio y asombro. Solo dicen lo necesario y muestran una curiosidad discreta por ti. Pueden ser tranquilos, inteligentes y tener ciertas peculiaridades inusuales en su estilo de vida y su pasado que despiertan tu interés.
Los narcisistas manifiestos son brillantes a la hora de mantenerte distraído con las formaciones de pavo real de su yo falso exterior. A los narcisistas encubiertos les cuesta más mantener esa imagen y, junto con su aire de misterio, despiertan tu curiosidad, planteándote la pregunta: ¿Quién eres realmente?.
Cruzar el umbral del yo falso
El narcisismo, por encima de todo, es una compensación por lo que falta.
Los pilares fundamentales para construir un yo verdadero están formados por el calor humano, el cariño, la seguridad, el ánimo y la aceptación. Es en esta aceptación donde una persona demuestra su amor por ti, al haberte visto en tu estado más auténtico y, aun así, seguir queriéndote. Este testimonio de amor es lo que le faltó al narcisista en su infancia, y lo dejó con una sensación de terror, vergüenza y asco hacia sí mismo.
El yo verdadero necesita un testigo. No cualquier testigo, sino un testigo superior, omnisciente y divino. En la edad adulta, podemos ofrecernos esto a nosotros mismos. Una persona iluminada toma conciencia de su yo divino, una conciencia no solo capaz de ver y observar el yo verdadero, sino también de aceptarlo y alentarlo. En la infancia, no poseemos esta capacidad: es el papel de los padres.
Un narcisista se forja en ausencia de esta presencia que acepta y ama. Incluso si los padres se involucran constantemente con el niño narcisista, nunca lo ven de verdad. En cambio, los padres están atrapados en su propio yo falso, disociado y traumatizado, que crea una instantánea retocada de su hijo. Todo ocurre dentro de los padres, incluida la vida del niño. En lugar de interactuar con su hijo tal y como es, interactúa con él tal y como ‘debería’ ser.
Sumiso o dominante, callado o ruidoso, pequeño o grande, sin valor o seguro de sí mismo; no importa en qué lugar del espectro sitúen los padres al niño, lo importante es que están proyectando en él a una persona que no existe. Cuando un padre tiránico presenta a su hijo como una persona sumisa, callada, pequeña e inútil, nace un narcisista encubierto. Cuando un padre narcisista pone a su hijo en un pedestal y le anima a ser dominante, ruidoso, grande y seguro de sí mismo, nace un narcisista manifiesto. Sin embargo, en ambos casos, el yo verdadero y auténtico no recibe ninguna atención ni amor.
Lo que a menudo no se discute es el efecto que esto tiene en un niño. La razón por la que un narcisista crea un yo falso es para compensar la falta de crecimiento dentro de su yo verdadero. Debido a que su yo verdadero fue tratado como insignificante, el niño narcisista crea una alternativa maravillosa en su yo falso, que es lo más significativo y lo más especial.
Profundizando en el núcleo del narcisista
Entonces, si pudiéramos conseguir un telescopio y ver a través del yo falso de un narcisista hasta llegar a su yo verdadero, ¿qué encontraríamos?
Quizás lo siguiente:
- Rage inmensa: Debido al abuso, el abandono y/o la cosificación sin posibilidad de protestar, el narcisista lleva consigo toda la ira reprimida de su infancia, enterrada en lo más profundo de su ser. A menudo se ve estallar de forma repentina en momentos aleatorios cuando el narcisista se ve provocado o se desafía a su grandioso yo falso.
- Vergüenza tóxica: El yo verdadero de un narcisista fue rechazado de forma cruel y absoluta, lo que crea un océano de vergüenza. Además, al tener un papel proyectado sobre él las 24 horas del día, los 7 días de la semana, el narcisista nunca fue capaz de estar a la altura. Recuerda que el papel se basa en los caprichos de los padres, y no en la realidad. Este vertedero tóxico de vergüenza es tan doloroso que nunca puede ser reconocido. Sin embargo, está ahí, como el petróleo bajo el desierto de Arabia.
- Estérilidad: El yo verdadero de un narcisista es como una esponja que no absorbe nada. Al igual que un desierto estéril, el narcisista solo puede integrar una profundidad muy superficial de la experiencia. Piensa en un desierto que experimenta una lluvia ligera que se seca rápidamente. Por eso el narcisista es incapaz de crecer verdaderamente; integra muy poco en su alma. Aunque su mente aguda puede absorber rápidamente los hechos, su yo verdadero permanece inalterado. Esta es también la razón por la que los narcisistas tienen empatía cognitiva y no empatía verdadera.
Y, por último, lo siguiente puede faltar en el núcleo del narcisista:
- Amor, alegría y emociones positivas: al no haber estado nunca verdaderamente relajado ni integrado en sí mismo, el narcisista rara vez ha experimentado la alegría y la abundancia del ser. Como resultado, los narcisistas suelen tener un afecto plano y simplemente carecen de la capacidad de estar contentos o felices. Rara vez se ríen a carcajadas, se ablandan o lloran. Esto se deriva de la naturaleza árida de su yo verdadero, que nunca fue regado con cariño, amor y reconocimiento en la infancia.
Por encima de todo, el núcleo del narcisista se define por la carencia. Un narcisista es como una planta en maceta que ha estado meses sin regar. Por mucho que la riegues después, nunca volverá a ser lo que era. Algunas ramas de una planta muerta, si se riegan constantemente, pueden volver a crecer en pequeñas secciones, pero el resto permanecerá marrón y árido.
Lo mismo ocurre con un narcisista. Con conciencia, trabajo corporal, terapia y otras formas de sanación, incluidas las drogas psicodélicas, se pueden despertar y revitalizar partes del yo verdadero de un narcisista para dar lugar a una nueva vida. Pero no esperes que todo el organismo florezca de repente y se convierta en un ser humano completo. Eso es para la próxima generación.