Quienes caen rendidos ante el encanto de un narcisista suelen quedar deslumbrados por lo que ven en el exterior. Un narcisista manifiesto suele parecer enérgico, apasionado, infinitamente fascinante y seguro de sí mismo. Suele vestir bien, tener una postura y un lenguaje corporal impecables, y siempre sabe qué decir en cada momento.
Los narcisistas encubiertos, por otro lado, destilan misterio y asombro. Solo dicen lo necesario y muestran una curiosidad discreta por ti. Pueden ser tranquilos, inteligentes y tener ciertas peculiaridades inusuales en su estilo de vida y su pasado que despiertan tu interés.
Los narcisistas manifiestos son brillantes a la hora de mantenerte distraído con las formaciones de pavo real de su yo falso exterior. A los narcisistas encubiertos les cuesta más mantener esa imagen y, junto con su aire de misterio, despiertan tu curiosidad, planteándote la pregunta: ¿Quién eres realmente?.
Cruzar el umbral del yo falso
El narcisismo, por encima...