Debido a su estructura de personalidad y su paradigma relacional, comunicarse con un narcisista hace que la comunicación se sienta como una escalada traicionera y cuesta arriba, o incluso imposible.
En una relación personal, la comunicación saludable implica los siguientes elementos:
- Sinceridad: cuando hablas con alguien, debes acoger en tu corazón su experiencia emocional, empatizando y absorbiendo verdaderamente la experiencia que te transmite a través de sus palabras.
- Humanidad compartida: al canalizar la empatía y dejar espacio para que la otra persona se exprese con autenticidad, encuentras oportunidades para compartir su humanidad. La buena comunicación implica una atención profunda combinada con una sintonía emocional. A veces consiste simplemente en sentarse con las emociones intensas de la otra persona durante un momento. Otras veces significa disfrutar de la experiencia de la otra persona y alegrarse por ella sin necesidad de validación.
- Mutualidad: Nadie domina la conversación. Cada persona dispone del espacio emocional y la atención necesarios para compartir, pero posee la inteligencia emocional para saber cuándo parar e invitar a la otra persona a contribuir. En última instancia, esto logra mucho más que equilibrar quién habla. Al permitir que la otra persona contribuya, tu perspectiva se enriquece, lo que despierta nuevas ideas y puntos de vista, que luego se transmiten a la otra persona cuando le llega su turno. Esta forma de sinergia se eleva en espiral, creando un intercambio abundante que evoluciona la forma de pensar de cada persona, amplía su perspectiva y enriquece su alma.
- Claridad de intención: La comunicación sana no tiene agendas ocultas. No hay subtexto. Ambas partes tienen claro por qué se comunican. Por encima de todo, la comunicación debe servir a ambas partes, no solo a una. Por ejemplo, la comunicación puede versar sobre la resolución de un conflicto, el debate o la exploración de una idea filosófica, la profundización del vínculo o simplemente pasar el tiempo. Independientemente de la intención, la claridad y la integridad son fundamentales.
Ahora veamos estos cuatro elementos cuando nos comunicamos con un narcisista:
- Sinceridad: El corazón de un narcisista está cerrado. Cada vez que intentas expresarle una experiencia emocional, esa tensión se vuelve insoportable. El alma del narcisista está saturada de traumas, y cuanto más le pides que resuene emocionalmente, más incomodidad experimenta. El narcisista suele responder interrumpiéndote y desviando rápidamente la atención hacia sí mismo. De lo contrario, descarta, ridiculiza o resta importancia a lo que dices, con el objetivo de sabotear y cortocircuitar la profundidad emocional de tu comunicación.
- Humanidad compartida: La humanidad amenaza el ego del narcisista, ya que le obliga a hundirse en su cuerpo y en su alma, que es donde reside su trauma. El narcisista sí busca puntos en común entre ustedes, pero esto es solo un punto de partida para volver a centrar la conversación en sí mismo. Por ejemplo, si expresas que has tenido un día difícil en el trabajo, en lugar de sintonizar con tus emociones y darte espacio, el narcisista podría asentir y declarar abruptamente que también ha sido una semana terrible para él, y luego continuar desde ahí, dejándote colgado y bloqueado en tu expresión mientras la vergüenza te invade.
- Mutualidad: Una conversación con un narcisista siempre es desigual. Un narcisista normalmente evitará la necesidad de abrirse de corazón involucrándote en un monólogo. Un narcisista también puede atacarte con un aluvión de palabras, obligándote a escuchar con atención mientras intentas intercalar tu contribución. Si logras recuperar el protagonismo, el narcisista prestará mucha atención, pero solo para encontrar un hueco en el que recuperar el control.
- Claridad de intención: La intención predeterminada de un narcisista es obtener suministro narcisista. Entretenerán tu intención de intercambiar ideas, profundizar el vínculo o resolver conflictos, pero se trata de puro teatro. El narcisista solo busca atraerte para que le proporciones adulación y energía emocional, sin tener que dar mucho a cambio. Este desajuste en las intenciones es lo que hace que la comunicación con un narcisista resulte frustrante y «extraña». A menudo, sales de una conversación con un narcisista con una incómoda sensación de tristeza y traición. De haber sido utilizado.
Además, es posible que el narcisista esté pasando por algún tipo de dolor emocional. Quizás alguien o algo le haya afectado, esté teniendo un mal día o se sienta ofendido por algo que hiciste. En este caso, la intención detrás de su comunicación puede ser castigarte o canalizar encubiertamente sus emociones negativas hacia ti. En este caso, utilizará el subtexto para lograr su objetivo.
El yo falso del narcisista es el guardián de su alma vacía, que controla lo que entra y lo que no. Atrapado por un trauma infantil reprimido, el narcisista está siempre alerta, buscando cualquier indicio de que estés creando sentimientos auténticos en él, lo que podría exponer su vulnerabilidad.
En cambio, el narcisista analiza y categoriza toda la comunicación para asegurarse de que está desinfectada y limitada, al tiempo que le proporciona puntos de partida para secuestrar la interacción, antes de convertir sus palabras en armas para extraer de ti el suministro narcisista.