Lo que da a los ojos una sensación de sentimiento, calidez y vida es el yo verdadero. Los ojos que parecen vivos tienen «alma». En tales casos, una persona está alineada interiormente y en armonía con su flujo emocional. Los narcisistas y los psicópatas están alienados de esta parte de sí mismos, por lo que intentan emular la expresión de su alma.
Casi todo el mundo puede percibir la falsedad que se esconde tras los débiles intentos de los narcisistas y los psicópatas por mostrar humanidad. A esto se le llama «el efecto valle inquietante». Los narcisistas y los psicópatas suelen beneficiarse de la duda, porque la idea de que alguien no esté conectado con su alma, de que en realidad sea más robot que humano en lo que respecta a la conexión con el alma, es aterradora de admitir.
Cuando los ojos mueren
Los «ojos muertos» son un estado disociativo en el que una persona se desconecta de su yo verdadero y dirige su atención hacia su entorno exterior, una persona de interés o una persona que supone una amenaza potencial. Esto lleva a una concentración de la conciencia lejos del cuerpo y hacia la cabeza, o más bien, hacia el tercer ojo.
Esto tiene los siguientes efectos:
- Ya no se sienten las emociones, lo que elimina cualquier sensación de vulnerabilidad.
- Se crea un efecto de vista aérea, en el que la persona siente que está mirando el mundo o a otra persona desde un lugar seguro.
- Se crea un contenedor de dominio, que hace que los demás se sientan expuestos, vulnerables y con la necesidad de estar a la defensiva.
Esto se puede observar en una persona que está concentrada en otra cosa hasta que se siente provocada por otra persona, momento en el que bloquea sus emociones y sus ojos «se vuelven muertos».
La misma dinámica, muchas razones
Los ojos muertos son un mecanismo de protección para las personas que sufren traumas, y no son exclusivos de los narcisistas y los psicópatas. Pueden utilizarse de forma defensiva cuando una persona se siente abrumada, o de forma ofensiva cuando una persona siente curiosidad o excitación por otra.
Aquí es donde entramos en la psicopatía. Es evidente que los narcisistas y los psicópatas no quieren ser vulnerables, mientras que sí quieren que los demás lo sean para poder salirse con la suya u obtener suministro narcisista. No se trata tanto de la dinámica en sí misma, sino de la intención que hay detrás.
Los esquizoides también activan este mecanismo, al igual que las personas con personalidad evitativa. Pero ten en cuenta que la persona puede estar profundamente traumatizada y disociar sus emociones para sentirse temporalmente segura y protegida.