La kriptonita definitiva de un narcisista es el tiempo.
Los que obtienen grandiosidad de su apariencia se asustan especialmente, ya que cada año que pasa marchita aún más su juventud. Algunos narcisistas se obsesionan con su salud, ingieren innumerables vitaminas y buscan constantemente la última moda en salud.
Es posible que oigas a un narcisista declarar: «¡Voy a vivir hasta los cien años!». Esta mentalidad conlleva todo tipo de comportamientos basados en la negación. Un narcisista que envejece puede intentar saltar y brincar como un niño, arriesgándose a sufrir lesiones en el proceso. De vez en cuando se ve a narcisistas mayores frecuentando discotecas o bares, buscando mantener su conexión con la juventud. Un narcisista también puede vestirse décadas más joven de lo que es. Una falda ajustada de cuero, el pelo teñido de rosa brillante o una camiseta deportiva de talla extragrande en una persona canosa son señales inequívocas.
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