Durante el siglo XXI, estamos descubriendo colectivamente la profundidad y amplitud del narcisismo en nuestro mundo. Ahora encontramos rastros de él en nuestras relaciones, nuestras amistades, nuestros lugares de trabajo e incluso en nuestras familias.
La definición «superficial y egocéntrica» de este trastorno ha demostrado ser solo la punta del iceberg. Bajo la superficie, se ha revelado todo un microcosmos de comportamientos disfuncionales. Las personas límite, histriónicas, psicópatas, codependientes, paranoicas y otras han demostrado estar intrínsecamente vinculadas al narcisismo.
De la epidemia y más allá
El narcisismo no es un fenómeno nuevo. Es una característica inherente a la humanidad, no una aberración. Lo que sí es nuevo es nuestra comprensión de sus dinámicas más profundas. Otro aspecto del narcisismo en el siglo XXI es que está mutando, ya que se le ha dado un espacio inmenso para propagarse en un entorno so...