La familia narcisista es un culto aislado de una sola persona. No adora a Dios, no tiene afinidad con el Estado y está desconectada de la mitología de su pueblo y su nación. El único objeto de adoración y sumisión es el progenitor narcisista.
Todos los caminos conducen al narcisista. La familia narcisista no tiene un sentido de pertenencia a un grupo. Puede vivir físicamente en un pueblo, una ciudad o una nación, pero no tiene afinidad ni lealtad hacia ninguno de ellos. La clave para entender por qué, como era de esperar, también reside en el narcisista.
Un narcisista lleva consigo el trauma fundamental de haber sido descuidado, avergonzado, controlado, tratado con frialdad, objetivado y, sobre todo, de no haber sido visto tal y como es. Debido a su entorno disfuncional, el narcisista se sentía crónicamente inseguro...