Un narcisista siempre debe ser especial y superior a los demás. Esto lo sabemos. Hay muchos ejemplos de las formas en que lo consiguen. Alardeando. Fingiendo. Interrumpiéndote.
El narcisista encubierto, por otro lado, trabaja en la sombra. En lugar de inflarse a sí mismo, logra una sensación de superioridad desinflándote a ti.
El narcisista encubierto tiene dos objetivos:
- Ejercer control sobre ti.
- Mantener un desequilibrio en la relación, con tú en la posición inferior.
A simple vista, todo parece ir bien cuando tienes una relación con un narcisista encubierto. Mientras tanto, el veneno de acción lenta de su abuso oculto hace efecto. Esa oscura y pesada sensación de vergüenza te invade. Te vuelves menos asertivo y menos capaz de decir que no. Te cuestionas a ti mismo. Tu legitimidad. Tu derecho a expresarte. ¿Cómo ha podido pasar esto?
La conciencia rompe el ciclo. Aquí tienes cinco ejemplos de abuso narcisista encubierto que son difíciles de detectar:
1. Compararte con los demás
Durante una conversación sobre tu futuro, la madre narcisista encubierto te recuerda que la hija del vecino ya está comprometida. Mientras charlas sobre tus objetivos de salud y forma física, tu pareja narcisista encubierta recuerda lo en forma que estaba su ex.
La comparación es una de las formas más brutales en que nuestro crítico interior nos da vergüenza. Nos comparamos constantemente con los demás y, cuanto más lo hacemos, peor nos sentimos. Sin embargo, a menudo olvidamos que esta táctica sutil y cruel puede venir del exterior. Fulano lo ha hecho, ¿por qué tú no? Mira lo que tiene fulano, ¿no es genial? En estos dos ejemplos de abuso narcisista encubierto, el primero es una comparación directa, mientras que el segundo te deja a ti la tarea de hacer la comparación. En ambos casos, el resultado es la vergüenza.
El narcisista encubierto señala algo «inocentemente» y, como resultado, su persona objetivo se siente insuficiente. Incluso cuando se hace con el pretexto de apoyarte, la comparación es terriblemente vergonzosa y casi siempre contraproducente.
En la búsqueda de un objetivo, la comparación puede provocar una vergüenza saludable y animarte a mejorar. Sin embargo, la forma más saludable de crecer es comparándote con tu yo pasado. Cada día es una oportunidad para ser mejor que ayer. Cada día es una oportunidad para crecer. Lo que hacen los demás y en qué etapa se encuentran es asunto suyo.
2. Despreciar y descartar lo que tú valoras
Una relación debe ser una plataforma para que todas las partes evolucionen. Aunque debemos evitar los halagos, es fundamental apoyarnos mutuamente. Esto incluye que la otra persona se tome el tiempo necesario para escuchar lo que tienes que decir y trate de experimentarlo a través de tus ojos.
Por ejemplo, si has tenido un día increíble haciendo senderismo por la montaña, es posible que corras a casa y le cuentes emocionado la historia a un ser querido. Aunque no haya estado allí para vivirlo contigo, puede absorber tu emoción y compartirla por poder. Se relaja en tu realidad, asimila tus palabras, tus expresiones faciales, tu lenguaje corporal y se une a tu espacio.
Un narcisista encubierto se niega a hacer esto. Lo que te gusta y lo que te emociona es simplemente una irritación, a menos que pueda sacar algo de ello.
El hecho de que tú hayas tenido un día estupendo y él no, le causa vergüenza, y contrarresta ese sentimiento rechazándote y menospreciándote. Escuchará con la mirada perdida tu historia de senderismo o comentará que alguien murió en esas montañas hace unos años. El narcisista encubierto puede incluso sonreír con condescendencia, haciéndote sentir infantil y tonto. En el fondo, sabes que no te está aceptando, y tu entusiasmo se transforma rápidamente en autodesprecio y tristeza.
3. Darte consejos sin tu participación
Este ejemplo de abuso narcisista encubierto puede disimularse fácilmente. Comienza cuando expresas una preocupación o algo sobre lo que no estás seguro. No sabes a qué trabajo postularte o estás teniendo algunas dificultades con tu pareja.
En una relación sana, tu pareja podría intentar apoyarte haciéndote preguntas perspicaces o simplemente actuando como un espejo mientras exploras tus dudas. Toda la atención se centra en ti. Más concretamente, la atención se centra en explorar tu preocupación con el objetivo de aclararla.
Un buen amigo comenzará por empatizar con tus sentimientos, poniéndose en tu lugar, y luego utilizará su perspectiva externa para darte nueva información. No se preocupa por sí mismo.
El narcisista encubierto adopta un enfoque diferente.
Tan pronto como el narcisista encubierto escucha tu preocupación, ve el problema y la solución desde su propia perspectiva.
Una vez que has expresado tus dudas, tu papel ha terminado. El narcisista encubierto procede a decirte lo que tienes que hacer mientras desarrolla su solución superior de principio a fin y te la impone. No hay exploración, ni consideración de los sentimientos y perspectivas. Tan pronto como el ego del narcisista se aferra a una solución, la discusión termina. Se convierte en un monólogo y tú te quedas con una sensación de impotencia e indefensión.
Si no eres consciente de lo que acaba de pasar, es posible que asientas con la cabeza a regañadientes y le des las gracias al narcisista por su consejo. Sin embargo, en el fondo, tienes más dudas que nunca. Esto se debe a que una solución siempre es inútil si no tiene en cuenta la singularidad de la persona involucrada.
Las respuestas correctas fluyen del yo verdadero. El yo debe estar al mando, y la función del ego es guiarlo en la aplicación de soluciones. El narcisista encubierto secuestra el avión y lo lleva a otro lugar completamente distinto. Tu experiencia vital es única, y cualquiera que ignore este hecho no solo no te ayuda, sino que perjudica activamente tu crecimiento.
4. Secuestrar la conversación
Aunque nos centremos en las palabras del otro durante la conversación, también debemos ser conscientes del subtexto que hay debajo de la superficie. ¿Qué mensaje se está insinuando? ¿Hacia dónde se dirige la conversación? ¿Qué obtiene cada persona de la experiencia?
Por ejemplo, los buenos amigos mantienen una conversación sin una agenda real. Quieren conectar, profundizar el vínculo y tener la oportunidad de compartir y crecer. En cualquier caso, el flujo involucra y da prioridad a ambas personas.
Para el narcisista encubierto que busca suministro narcisista, el equilibrio cambia enormemente. Por un lado, el narcisista encubierto mantiene el control sobre el flujo de la conversación hablando con mayor intensidad y durante mucho más tiempo que su interlocutor.
Con el tiempo, la conversación se convierte en un monólogo. Poco a poco, sientes que tu entusiasmo se desvanece. Si quieres contribuir, tendrás que abrirte paso. Así que aumentas tu energía y sueltas algo. El narcisista encubierto responde desinteresándose.
Al sentir que la conversación pierde fuerza, haces una pausa, lo que el narcisista encubierto interpreta como una señal para reanudar su monólogo. Su objetivo es mantener la atención en sí mismo y que tú te involucres en lo que dice. No hay una conexión compartida ni un flujo en el que ambas personas contribuyan y se beneficien.
5. Usar el silencio para mantenerte bajo control
De todos los ejemplos de abuso narcisista encubierto, este es quizás el más letal.
La falta de respuesta puede ser más dolorosa que un insulto. Cuando se nos presenta una propuesta o idea que nos incomoda, nos vemos obligados a hablar. Al hacerlo, tenemos que soportar más incomodidad. ¿Por qué haríamos esto?
En primer lugar, nuestro objetivo es establecer un límite. Esto está claro. Pero un resultado igualmente importante es que hemos comunicado nuestra postura a una persona a la que valoramos, lo que ayuda a mantener la integridad de la relación. La comunicación es la forma en que mantenemos el equilibrio, aceptamos la responsabilidad y evitamos malentendidos. Es una incomodidad a corto plazo para el crecimiento relacional a largo plazo.
Para el narcisista, la comunicación honesta y vulnerable es una amenaza para su ser.
El narcisista encubierto no quiere rendir cuentas ni experimentar incomodidad. Como resultado, responde a las situaciones que no le convienen ausentándose sin permiso. No recibes ningún mensaje, ningún reconocimiento y ningún intento de aclarar su punto de vista. No escucha ni discute. Más bien, desvía tu atención y te evita hasta que la situación se calma.
Como el narcisista encubierto no se ve afectado, te quedas con el dolor y la confusión de una relación unilateral. El resentimiento se acumula en tu interior, pero como no hay nadie con quien hablar, te ves obligado a tragártelo y seguir adelante. Aprendes a reprimir tus necesidades y dejas que el narcisista encubierto dicte las condiciones.