El «yo falso» es un concepto que se encuentra en el centro del discurso sobre el narcisismo, pero que rara vez se explora en profundidad. En cierto modo, es tan ambiguo y difícil de definir como el yo verdadero.
He reflexionado durante años sobre el yo falso, tanto como idea como en su posible existencia en mí mismo, lo que a menudo me provoca sentimientos de resistencia. Esta resistencia interna proporciona la primera pista sobre el yo falso: No quiere ser expuesto.
Entonces, ¿qué esconde el yo falso?
Para saber lo que es falso, revela lo que es verdadero
Comencemos por considerar el yo verdadero y el ego.
El yo verdadero es tu plano interno. Es tu potencial universal y ancestral, que se ve impulsado a contribuir al juego de la evolución expresando su energía en el mundo. El verdadero yo contiene tus emociones, tus instintos, tu naturaleza, tus impulsos y tus arquetipos, como el guerrero, el diplomático, el sabio y el amante. El verdadero yo te permite expresar energía en el mundo de formas fascinantes, desde la capacidad de afirmar tu fuerza hasta tu habilidad para liderar a otros o encontrar soluciones inteligentes a los problemas. Sin embargo, el verdadero yo no tiene mente ni ojos. Para eso necesita al ego.
El ego es tu representante en el mundo...