Tratar con un narcisista es una batalla que solo los iniciados pueden ganar.
Creen que hay un narcisista en tu vida. Esta persona es prepotente, rígida, desagradable y tiene una necesidad constante de sentirse superior. O tal vez estés tratando con un narcisista encubierto, y las señales son más confusas. A menudo no es fácil distinguirlo.
Aprender a lidiar con un narcisista requiere una estrategia. Debes conocer las señales y comprender el terreno de juego. Sin las contramedidas necesarias, seguirás siendo vulnerable. Por último, debes saber cómo protegerte y cuidarte cuando seas la persona objetivo del abuso narcisista.
La vergüenza: el pan de cada día del narcisista
Nadie elige el abuso narcisista. Se va afianzando poco a poco, solo si no eres consciente de lo que está pasando. Antes de que el abuso más manifiesto se apodere de ti, un desequilibrio de vergüenza es la mejor manera de medir si estás lidiando con un narcisista.
Normalmente se puede saber a través de las interacciones cotidianas del narcisista, que se manifiestan en forma de:
- Un comentario sarcástico.
- Un desaire.
- Un cumplido ambiguo.
- Una risita.
- Una «observación» sobre ti que te hace cuestionarte a ti mismo.
- Superarte cada vez que hablas.
Todos estos son pequeños empujones para hacerte sentir cada vez más vergüenza. Así es como comienza el abuso narcisista. Nunca admite sus errores, culpa a los demás de lo que sale mal, se engrandece a sí mismo con historias; el narcisista crea un aura de «superioridad». Al hacerlo, te obliga a sentirte inferior en comparación con él.
Esta aparente «superioridad» es desvergüenza. Crea la ilusión de que el narcisista es «superior».
Al ser constantemente desvergonzado y avergonzarte en el proceso, todo ello sin que te des cuenta, el narcisista te va desgastando poco a poco. Esto te hace psicológicamente maleable, lo suficiente como para controlarte y manipularte.
Las señales de que estás experimentando vergüenza por abuso narcisista son:
- Empiezas a sentir pesadez en la mente.
- Tu mente se queda en blanco.
- Tu postura se derrumba.
- Empiezas a cuestionarte a ti mismo.
- Te encuentras a la defensiva todo el tiempo, necesitando defenderte o explicarte.
Cuando la tensión aumenta
Cuando trates con un narcisista, observa este patrón de avergonzar y practica detectarlo cuando comience. Puede provenir de cualquier parte: un amigo, un familiar, un compañero de trabajo o tu jefe, tu pareja sentimental.
Si este patrón se afianza sin que te des cuenta, se producirá un abuso narcisista. Solo si lo detectas y te desvinculas podrás protegerte.
Una excelente analogía de la vergüenza es la rana que nada alegremente en una olla de agua que hierve lentamente. Cuando la rana se da cuenta de lo que está pasando, ya es demasiado tarde.
Al avergonzarte cada vez más en el transcurso de la relación, el narcisista está, en efecto, «subiendo la temperatura».
La vergüenza te agobia, te hace cuestionarte a ti mismo y frena tu fuerza de voluntad y tu orgullo. Pierdes de vista tu potencial. Cuanto más caliente está el agua, por así decirlo, menos capaz serás de actuar contra el narcisista.
Entonces, ¿cómo sabes si te están avergonzando? Comprueba la temperatura del agua.
¿Te cuestionas constantemente? ¿Te sientes pesado, como si una nube oscura se hubiera posado sobre tu mente? ¿Te sientes inferior y sin esperanza? Entonces es probable que estés lidiando con un narcisista.
Cómo lidiar con el juego de un narcisista
Al aprender a lidiar con un narcisista, tendrás que defenderte contra un desequilibrio de vergüenza. Ahí es donde se juega el juego.
El narcisista gana poder sobre ti infiltrándose en tu mente y cambiando tu percepción de la realidad.
Hace comentarios vergonzosos para que te cuestiones a ti mismo. Actúa sin vergüenza para que lo veas perfecto y no puedas culparlo de nada. Te ridiculiza para que tu autoestima caiga en picado.
Con un bombardeo constante, acabas creyendo que es superior y que tú estás por debajo de él en todos los aspectos imaginables. Para cambiar este campo de realidad distorsionado, debes verlo como lo que es: una mentira elaborada.
Conecta los puntos
Las emociones que sientes pueden ser reales, pero la ficción que las desencadena no lo es. Cada vez que el narcisista habla, puedes empezar a diseccionar el juego.
Presta atención a lo que dice y luego a cómo te sientes. Mientras lo haces, simplemente observa con una vista panorámica. Conecta con el observador que hay dentro de ti, que se activa cuando practicas la atención plena.
Después, escribe lo que dice el narcisista y comparte esas palabras con un amigo cercano o con tu terapeuta. Sé realmente analítico. ¿Qué propósito tienen las palabras? ¿Están destinadas a apoyar la relación o tienen un propósito más oscuro? ¿Cuánta verdad hay en las palabras? ¿Es esa verdad subjetiva? ¿Cómo abordaría una persona amorosa y comprensiva esa misma situación?
Al cabo de un tiempo, descubrirás el patrón. Ellos dicen algo, tú te emocionas, respondes de forma predecible y te hundes más en su locura.
Para entenderlo mejor, piensa en un partido deportivo en directo. El público está embelesado, la tensión es alta, las emociones están a flor de piel y el partido puede decantarse hacia cualquier lado. Ahora imagina a esas mismas personas viendo la repetición del partido, cuando ya conocen el resultado. ¿Estarían tan involucrados?
Para lidiar con un narcisista, hay que exponer sus tácticas vergonzosas. A medida que la locura se te vaya revelando, sentirás que estás viendo la repetición de un partido enfermizo e interminable.
Cómo lidiar con lo que dice el narcisista
El abuso narcisista siempre comienza en la mente. El narcisista pretende infiltrarse en tus pensamientos, dar la vuelta a tu perspectiva y luego reprogramarte desde dentro.
Por suerte, tienes muchas herramientas de desviación a tu disposición. La clave es redirigir o desviar la energía de los intentos del narcisista de avergonzarte.
Los siguientes trucos te serán útiles cuando trates con un narcisista:
Cambia de tema
El narcisista te está juzgando, ridiculizando o centrando la atención en ti y en tu «desesperanza».
A mitad del monólogo o la diatriba del narcisista, simplemente cambia de tema a algo completamente mundano. Hazlo sin vergüenza y sin avisar. El tiempo. ¿Qué color de camisa te queda mejor, el blanco o el negro? ¿A qué hora cierran las tiendas? ¿Cuál fue el resultado del partido de anoche?
La clave aquí es despersonalizar la conversación, cortocircuitar el flujo de vergüenza del narcisista y devolver la interacción a la superficie. El narcisista notará el cambio, pero probablemente no dirá nada, porque eso interrumpiría el «juego».
Interroga
Si el narcisista se burla del libro que estás leyendo, de cómo has ordenado tu habitación o de tu peinado o corte de pelo, pregúntale con calma qué quiere decir. Pregúntale cómo haría él las cosas o qué elegiría, y por qué exactamente sería mejor.
Por último, pregúntale en qué se basa su punto de vista. ¿Estarían de acuerdo otras personas? Si es así, ¿quiénes exactamente? ¿Se ha realizado algún estudio sobre la mejor elección de libros para leer o sobre cómo ordenar una habitación? ¿Cuáles fueron los parámetros de ese estudio? ¿Sería posible, solo por casualidad, que diferentes personas necesiten soluciones diferentes y que esas soluciones no estén tan claras hasta que te pones en el lugar de otra persona?
Las posibilidades de este tipo de preguntas son infinitas, pero el efecto es poderoso: o le quitarás el viento de las velas al narcisista o lo llevarás a un callejón sin salida. Si mantienes la calma, al narcisista le resultará difícil enfadarse, ya que él parecerá el loco, no tú.
Mantén la línea
Cuando el narcisista diga que todo es culpa tuya, te acuse o se burle de ti, crea espacio para ello. Presta atención a la expresión facial del narcisista, mírale a los ojos, permanece en silencio y presta atención consciente a su grotesca creación. Estúdiala como un científico, observa cómo se interpone entre vosotros, cómo te penetra, y déjala ahí por un momento.
Sé consciente y atento, y si sientes que te está absorbiendo, respira profundamente y concéntrate en un rasgo facial específico del narcisista. Mantente anclado en el momento y, por muy incómodas que empiecen a ponerse las cosas, mantén la línea.
Esta técnica es poderosa cuando tratas con un narcisista porque pone sobre él la responsabilidad de llevar el peso emocional del intercambio, no sobre ti. Como resultado, se le devuelve lentamente el espejo al narcisista y su intento fracasa.
El narcisista es un maestro en crear formas, es decir, formas psicológicas y emocionales, y en utilizarlas para manipular a los demás para que le presten atención y le proporcionen suministro narcisista.
El «truco» para lidiar con un narcisista es ver su creación tal y como es y encontrar formas creativas de exponerla. El narcisista está jugando. Tu trabajo es desconectarte o cambiar las reglas del juego en tiempo real.
Solo hay que andar con cuidado para evitar la ira narcisista.
Cómo lidiar con el abuso del narcisista
Cuando tratas con un narcisista, lo más poderoso que puedes hacer es desarrollar y fortalecer tu sentido del yo. Tu yo auténtico es tu fortaleza interior, por lo que debes fortalecerlo.
Algunos pasos para fortalecer tu yo auténtico son:
Encuentra tu centro
La esencia de la espiritualidad es estar anclado en algo más allá de tu mente. Esto comienza con ser consciente en general, y realmente empieza cuando dejas espacio para que surja tu centro.
Si logras anclarte y establecer la conciencia de tu centro, obtendrás un punto de referencia cuando los narcisistas intenten manipularte.
Cuando un narcisista te ridiculiza, te avergüenza o intenta manipularte y controlarte con sus palabras y su comportamiento, sentirás un sutil empujón que te aleja de este centro. Esta incómoda sensación de tirón es tu brújula y tu mayor aliada.
Soledad
Cada día, debes dedicar algo de tiempo a estar solo.
Un narcisista hará todo lo que esté en su mano para consumir tu mente y desequilibrarte, confundiendo tus pensamientos y emociones. El tiempo a solas, en total atención plena, te revelará claramente tu estado interior, para que puedas comprenderlo mientras le das aire para respirar.
Cuando salgas de la soledad en un estado reequilibrado, podrás utilizar esta pizarra en blanco para ayudarte a lidiar mejor con el narcisista.
Enfádate
La rabia reprimida es como el petróleo sin descubrir: yace bajo la superficie, es negra y arde fácilmente.
Por lo tanto, la ira es el combustible perfecto para establecer límites. Solo necesitas un poco para que el narcisista sienta que vas en serio. Por fuera, parecerá que solo estás siendo firme, pero el narcisista percibirá el pequeño indicio de rabia detrás de tu límite.
Así que siéntete curioso por la ira. Sé consciente de ella en tu cuerpo y déjate sentirla. Explórala y dale espacio para que se mueva en un contexto que puedas manejar, es decir, en soledad o en terapia.
Recita este mantra
El narcisismo es una mentira. Es un juego psicológico que te convence de que eres inferior y sin valor, volviendo tu vergüenza contra ti. Se puede desaprender y sanar, y tú puedes romper el ciclo.
Afrontar la duda cuando tratas con un narcisista
Se nos enseña a perdonar y olvidar. Sin embargo, cuando tratamos con un narcisista que no juega con las mismas reglas, perdonar y olvidar solo nos expondrá a más abusos.
Si un narcisista te hace daño, es normal que te enfades. Entonces, puede que te expliquen por qué lo han hecho, te cuenten la terrible experiencia que han vivido o que te digan que han tenido que hacerlo por tal o cual motivo. Te darán explicaciones, muchas de las cuales provocarán tu culpa y tu empatía.
Al final, este aluvión de «remordimientos» te desgastará y decidirás que quizá ellos se equivocaron. Está claro que se dan cuenta de su error. «Quizá estoy siendo demasiado duro», te dices a ti mismo. «Quizá yo me lo he buscado». Además, es muy agotador estar siempre distante. «Esta vez lo dejaré pasar. Seguro que no volverá a pasar».
Nunca le des al narcisista el beneficio de la duda
Cuando el narcisista ve tu duda, se emociona. Tu «debilidad» ha quedado al descubierto, los límites de tu determinación se han hecho evidentes. La próxima vez será más fácil quebrantarte, porque ya hay un precedente. Qué molesto que hayas opuesto tanta resistencia.
En la mayoría de los casos, el beneficio de la duda es necesario para la salud de la relación. Por ejemplo, un buen amigo o amante, que ha estado contigo en las buenas y en las malas, comete un desliz. Te trata mal.
Sin embargo, cuando sopesas todo lo bueno y todo lo malo, encuentras mucho más bueno y te das cuenta de que perder la relación sería un precio demasiado alto a pagar. Aceptas la disculpa, ellos hacen las correcciones necesarias y esperas lo mejor.
Tomar al pie de la letra lo que dice el narcisista y darle el beneficio de la duda es una receta para el desastre. Al hacerlo, le demuestras que si dice lo correcto, puede manipularte y controlarte. El beneficio de la duda solo es adecuado para relaciones que han superado muchas pruebas, y solo como excepción. Nunca se lo ofrezcas al narcisista.