Hace poco creé una cuenta en Instagram y empecé a publicar. Intenté hacer poses naturales e incluir citas inspiradoras que reflejaran mi auténtica experiencia como escritora. Sin embargo, tras solo tres publicaciones, tuve la innegable sensación de que estaba entrando en territorio narcisista. De esta incomodidad surgieron una serie de pensamientos relacionados entre sí destinados a tranquilizarme. Empecé a decirme a mí mismo: Así es como funciona el mundo ahora. Hay millones de creadores de contenido en línea, luchando por llamar la atención. Así es como se promociona un negocio. Vivimos en una economía de la atención. Es normal.
Título del puesto: Narcisista profesional
Navegando por TikTok e Instagram, no tardas mucho en encontrar a alguien bailando o haciendo acrobacias. Los títulos provocativos te llevan a sketches cómicos ca...